viernes, 23 de septiembre de 2011

La importancia de la actividad física en la vida diaria

Es una prioridad para todo padre o madre que su hijo se mueva correctamente, que esté en forma y que sus gestos parezcan ágiles y rápidos.
Pero cuando se trata de adolescentes con discapacidad intelectual y/o física, es imprescindible para conseguir que desarrollen sus habilidades, que en el día normal haya un tiempo para el esfuerzo físico.
Cuando los adolescentes con discapacidad cumplen 14, 15 o 16 años, pueden perder el interés por lo que les rodea y volverse más sedentarios, pudiendo permanecer varias horas sentados sin que eso les genere aburrimiento o inquietud.
Es importante tanto en el entorno doméstico como el escolar, minimizar esta situación procurando incluir actividades que impliquen movimiento, desde recados "provocados" (que no nos hagan realmente falta pero que sean una excusa para que vayan de un sitio a otro) a paseos organizados (dos o tres veces por semana un paseo de 45-55 minutos) de ritmo suave pero que se hagan con cierta frecuencia.
Esto no parece relacionado con la fisioterapia pero al final son hábitos de vida saludable que serán beneficiosos para la motricidad del niño con discapacidad.

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